lunes, 13 de noviembre de 2017

El Vernazza Calamar

Por Alejandro Fabbri (socio del CIHF).


Santiago Vernazza nació en la Boca hace 89 años, pero su familia se mudó al barrio de Saavedra cuando no había cumplido los 6, a mediados de los años treinta. Rodeado de hinchas Calamares, se acercó por primera vez al estadio de Manuela Pedraza y Crámer en esos años. En su charla con este periodista en ocasión del libro por los 75 años de la fundación del Club Atlético Platense, contó que “desde los seis años que lo iba a ver a Platense con mi padre. Vivíamos en la calle Ruiz Huidobro y siempre me acuerdo del campeonato de Baby Fútbol que jugamos en el Luna Park. El club me dio mi primera medalla por mi actuación en los torneos infantiles a los once años.”

Vernazza se formó en las inferiores de Platense y llegó a Primera en la segunda fecha del torneo de 1947, debutando contra River, pero como puntero izquierdo. Fue derrota 5-1 ante el que sería campeón de la temporada, pero Vernazza se mantuvo en el equipo y convirtió su primer gol frente a Rosario Central, de penal, en la victoria marrón y blanca por 3-2. En aquel primer torneo suyo, también le convirtió a Lanús, River, Independiente y Tigre. Fueron 22 presencias con 5 goles, jugando como extremo derecho salvo el día de su debut.

Para 1948, Platense se reforzó con buenos delanteros: llegaron Antonio Báez y Vicente Sayago. Báez fue el entreala derecho, el hombre al que Vernazza escuchó y atendió en sus consejos y en su manera de jugar. Siempre ha dicho que “a Báez le debo el 99% de lo que fui porque era un jugador excepcional y me ayudó muchísimo”. Sayago mantiene hasta hoy el rótulo de ser el máximo goleador de la historia Calamar, jugando como puntero izquierdo.

En 1948, Vernazza jugaría 22 de las fechas y marcaría 9 goles. Dos penales convertidos a Central y San Lorenzo, además de dos tantos a Banfield, Boca y Estudiantes y uno a Tigre. Sería el germen de la delantera formada para 1949, con la presencia de Vernazza, Báez, Federico Geronis, Francisco Rodríguez y Sayago, que quedó en la historia como la más brillante de la historia del club.

El torneo lo ganó Racing, empatando el segundo lugar River y Platense. Entre los cinco delanteros hicieron 62 de los 69 goles que marcó el equipo, destacándose Vernazza con 20 tantos, detrás de Juan José Pizzuti y Llamil Simes en la tabla de goleadores. En este caso las conquistas del puntero derecho fueron 20 en 31 partidos: siete de penal, uno olímpico a Lanús como visitante, uno de tiro libre a Banfield y tres de cabeza.

En aquel torneo de 1949, Platense venció al campeón Racing por 2-0 (goles de Vernazza y de Báez), autores que repitieron en el empate 2-2 en la revancha, jugada en la Bombonera.

En 1950 disputó su último campeonato, ya sin su amigo del alma, el arquero Julio Cozzi, que se alejó para alistarse en Millonarios de Colombia. Vernazza jugó 33 de las 34 fechas y marcó 18 goles (4 de penal). Vale la pena recordar su gol a Boca la tarde del 6-3 en Manuela Pedraza y Crámer, un partido que no terminó justamente porque desde la popular boquense partió un bulón que le dio en la cabeza y como bien lo recordó en su momento “me hizo terminar de jugarlo en el hospital Pirovano, podíamos haber hecho un gol más…”

Le hizo dos goles a River en el 4-3 como local y también se anotó con un tanto cuando Platense goleó 5-3 al Racing campeón en la cancha de Independiente. Había debutado con la camiseta blanca y el escudo de Platense contra River en el Monumental y cerró su actuación en el club de la misma manera, el 26 de noviembre de 1950 convirtiendo el único gol visitante, en una derrota por 4-1. Fue su último partido y también su último gol.

El resumen de su carrera reúne 108 presencias y 52 goles oficiales. Sumó una presencia y otro gol en un partido por la Copa Británica, ante Gimnasia y Esgrima La Plata.

Ya como futbolista retirado, entre 1962-70 integró habitualmente el equipo de veteranos de Platense en diferentes competencias.


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